Hoy, sin embargo, es un oficio regulado y profesionalizado gracias al esfuerzo realizado por el colectivo y a las empresas del sector que nos resistimos a deslocalizar esta actividad. Su trabajo es una de las partes esenciales de la cadena porque si comprar materia prima de calidad y ponerla en salazón bien es vital, lo es igualmente darle forma con el cuchillo, depilarlas y empacarlas (colocar) una a una.

Son, en una palabra, nuestra carta de presentación. Hoy día, estamos en una sociedad obsesionada con los formatos atrayentes, nos rompemos la cabeza en dar con un packaging adecuado pero… ¿No estaremos olvidando lo realmente importante? Me refiero a la esencia, al «packaging interior».

Por eso, nosotros insistimos siempre en que las anchoas de Conservas Nardín hay que tomarlas directamente de la lata porque es la única forma de valorar, además del sabor y la textura, el trabajo de estas artistas.

Entendemos y apreciamos el hecho de admirar otras culturas y que las valoremos, pero difícilmente podremos valorar lo de fuera si no valoramos como se merece el trabajo de todas las artesanas y, en particular, el de las fileteras.

Esperamos que con estas palabras hayáis podido descubrir una de las partes menos conocidas, pero esenciales de la elaboración de nuestras conservas. Gracias amig@.

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