El cuidado que ponemos en la elaboración de nuestros productos comienza con una concienzuda elección de los bonitos, las anchoas y los verdeles que adquirimos. En Conservas Nardín siempre trabajamos con pescados de las campañas Cantábrico, con lo que nuestra mar nos ofrece, y en ese aspecto, prestamos una constante atención al estado de nuestros recursos naturales, así como a lo que dicen los investigadores, como Tristram Stuart, que además de indagar en los desajustes que generamos, proponen soluciones.

Terminada la temporada de anchoa, leíamos este artículo de Azti-Tecnalia, que sitúa la biomasa de anchoa del Golfo de Bizkaia en 70.000 toneladas, de manera que calculaban la cuota de pesca para 2013 entre 20.000 y 23.000 toneladas. Este dato se acerca a la cantidad emitida días después por la UE para la campaña del año que viene.

Imagen: http://www.guardian.co.uk/

En nuestro proceso de elaboración aprovechamos todas las partes de los bonitos, anchoas y verdeles que llegan a nuestro almacén, como se ha hecho siempre. Y no lo hacemos sólo por el hecho de mantener una tradición, sino porque valoramos lo que nos transmitieron nuestras anteriores generaciones, y porque creemos que es la única manera de preservar el medioambiente y la biodiversidad de nuestra costa. Por ello, entendemos nuestro modelo de producción como un modelo sostenible, ya que por una parte, contamos con la cantidad que nos da la mar, y por otro lado, utilizamos cada parte de los pescados que llegan.

Somos conscientes de que esto condiciona en gran medida nuestro volumen de producción, pero es nuestra apuesta por la calidad y la sostenibilidad. Con el ritmo de vida trepidante que llevamos, con el fast food como paradigma en alimentación, nos hemos acostumbrado a comprar bastante más de lo que necesitamos y a una oferta desbordante, que para mantenerla exige un enorme gasto de materia prima. Esto es una realidad, pero nos gustaría recordarla. Como lo hace Tristan Stuart, un investigador británico de la Universidad de Sussex, que el año pasado repartió gratuitamente en Londres y otras ciudades del Reino Unido más de 5.000 raciones de comida desechada en restaurantes. Comida que de otro modo, se hubiera desperdiciado. Con acciones llamativas y originales como esta nos recuerda las injusticias que se crean con los todos desajustes de la industria alimentaria. Realmente, lo que hace Stuart nos recuerda que en nuestras mesas no de desechaba nada hasta hace poco a la hora de comer. Probablemente era por necesidad, pero sobre todo, por otra conciencia o visión sobre las vida. En Conservas Nardín compartimos esa visión ética y sostenible.

Compartir este post

Comentarios (0)

En este momento no hay comentarios