Nuestro cuerpo está compuesto por cerca de un 60% de agua, líquido esencial para la vida y que hace posible procesos tan importantes como la digestión o la absorción de nutrientes entre otros. Un ser humano necesita beber agua de forma regular ya que, aunque se pueda sobrevivir sin deshidratarse hasta cinco días, es necesario su consumo diario para un correcto funcionamiento del organismo, sobre todo en épocas de calor como el verano.

Como decimos, una hidratación correcta es importante, ya que si no no tomamos la suficiente cantidad de líquido, iremos poco a poco teniendo síntomas leves de deshidratación, que si bien no son peligrosos, pueden llegar a ser molestos, por ejemplo: el aumento de la temperatura corporal, síntomas de cansancio, menor frecuencia para orinar y sensación de sequedad en la boca. Si la cantidad de líquido que tomamos es inferior a la cantidad que eliminamos (por sudor, orina u otras causas) es cuando puede aparecer la citada deshidratación, llevando incluso a los conocidos como golpes de calor que pueden causar náuseas, dolores de cabeza y mareos.

Si queremos evitar este tipo de desagradables episodios, la solución es sencilla, tenemos que beber agua, pero ¿Qué cantidad de agua tenemos que beber? Por regla general, se recomienda a los adultos beber unos dos litros de líquido diarios, pudiendo esta cantidad ser mayor en casos de altas temperaturas, o si se practica deporte de manera intensiva. Se recomienda especialmente mantener una hidratación adecuada en grupos de población como son los ancianos, niños y mujeres lactantes.

Según estudios, cuando tenemos sed, nuestro cuerpo ya ha perdido cerca de un 1% del agua necesaria para su correcto funcionamiento, por eso es importante mantener esa hidratación adecuada, incluso cuando no tenemos realmente sed, sobre todo en los grupos de población arriba mencionados, y sobre todo en verano. Para hacer los cálculos más fáciles, lo adecuado sería beber cerca de 200 ml cada hora, el equivalente a un vaso de agua más o menos.

A veces puede resultar difícil llevar esa cuenta, e incluso beber esa cantidad de agua, por suerte, podemos recurrir a otro tipo de líquidos, intentando evitar refrescos azucarados, como por ejemplo infusiones, zumos, sopas y caldos y la mayoría de frutas que además de aportar líquidos nos darán un aporte extra de vitaminas que vendrán genial.

Así que ya sabéis, mantened siempre una hidratación adecuada, sobre todo en verano.

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