Como ya os comentamos en nuestro anterior artículo sobre falsos mitos nutricionales, ya sea por confusión, simplificación o por equívoco, sigue habiendo muchos mitos nutricionales extendidos entre la población. Si bien pueden parecer simples hechos, la verdad es que a veces estas falsas creencias pueden convertirse en un problema, ya que pueden llegar a afectar a nuestra alimentación, dando como resultado problemas de salud. Es por eso por lo que hoy os traemos unos cuantos mitos sobre nutrición.

Tomar agua en las comidas engorda

El agua no tiene calorías, por lo tanto, no importa en qué momento la tomes, no te hará engordar. Si ese agua va acompañada de algún otro elemento, por ejemplo las aguas con sabores o zumos que se pusieron de moda hace un tiempo, sí que pueden hacer engordar ya que contienen azúcares u otros elementos. Dichos azúcares también se encuentran presentes en bebidas azucaradas, refrescos y zumos de fruta en general.

Si bien el agua no engorda, tampoco tiene la capacidad de actuar como quema-grasas, así que si se consume con ese fin, no se obtendrán resultados. Un beneficio real del agua es, además de la obvia hidratación que es muy necesaria, el efecto saciante temporal que puede generar, de manera que si la tomamos junto con la comida, nos llenaremos y así comeremos menos en esas comidas.

Las grasas vegetales son más sanas

Muchas veces, los productos que compramos, indican en su etiquetado que contienen “aceites vegetales”, algo que puede llegar a confundir a los consumidores, ya que solemos asociarlos con grasas beneficiosas para la salud. Si bien eso es cierto en el caso de aceites como el aceite de oliva, no siempre es así, pues no todas las grasas vegetales son iguales. Por ejemplo, si dichas grasas vegetales se encuentran en estado sólido o son grasas saturadas procedentes de aceites de coco o de palma, pueden llegar a ser perjudiciales para la salud.

La margarina es más sana de la mantequilla

Si bien la mantequilla es un tipo de grasa animal con una gran cantidad de grasas saturadas, si la comparamos con su equivalente vegetal, la llamada margarina (puede recibir otros nombres según el fabricante o la marca) que es de origen vegetal e incluye grasas poliinsaturadas, podríamos pensar que esta última es más saludable. Pero no es así, el problema de esta segunda opción es que esas grasas vegetales, no pueden ser sólidas a temperatura ambiente y por ello pasan por un proceso de hidrogenado, convirtiéndolas en las conocidas como grasas Trans, que no son nada beneficiosas para el organismo.

El vino es una buena fuente de antioxidantes

Es cierto que el vino contiene una gran cantidad de polifenoles, que son agentes antioxidantes, pero de ahí a recomendar su consumo por el beneficio que pudiera aportar hay un trecho. El vino, como cualquier bebida alcohólica no es para nada beneficioso para el organismo, como bien es sabido, este tipo de bebidas resultan tóxicas en altas cantidades y aún en pequeñas cantidades, su consumo prolongado no está para nada recomendado. 

La fruta por la noche engorda

a Este es uno de los mitos nutricionales más extendidos, y por esa razón muchas veces se rechaza el tomar fruta a la noche, pero la verdad es que el cuerpo no tiene un registro que marque horas mejores o peores para consumir los alimentos, por lo tanto una pieza de fruta, la tomemos a la hora que la tomemos, será beneficiosa para el organismo, siempre claro, que no tengamos ningún tipo de alergia hacia esa fruta en concreto.

Los alimentos sin gluten son mejores

Los alimentos sin gluten son un tipo de alimentos que no contienen todas las partes de los cereales empleados para su elaboración o alimentos que directamente no usan el tipo de cereales que afectan a las personas con celiaquía, por lo tanto este tipo de personas suelen consumirlos. Pero últimamente se ha puesto “de moda” el consumo de este tipo de alimentos aún sin ser celíaco, y la verdad es que no aportan nada especial. Muchas veces este tipo de alimentos, como decimos, pensados para un tipo concreto de personas suelen añadir elementos para suplir ese aporte extra que otorgas el gluten en los alimentos “normales”. Resumiendo, si no se padece una intolerancia o alergia al gluten, el consumo de este tipo de alimentos no aporta nada beneficioso extra al organismo.

Hay que hacer 5 comidas al día

Este es otro de los mitos nutricionales, más extendidos, más que un mito es una creencia popularizada y de hecho, en épocas fomentada incluso a nivel institucional. Si bien hace años era lo que se consideraba adecuado e ideal para seguir de manera general, la verdad es que no hay que comer 5 veces al día. El reparto de las comidas a lo largo del día es algo que se puede variar a nivel personal y que a algunas personas les puede ir bien, pero en cambio a otras no. Existen variadas opiniones al respecto, basándose en diferentes ideas, así que lo ideal es adaptarse a lo que mejor venga a cada uno. Lo que sí hay que hacer es consumir la cantidad de alimentos suficientes para cubrir los requisitos nutricionales del organismo, a poder ser sin excederlo.

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