Desde el inicio de Nardín siempre hemos estado comprometidos con la pesca artesanal, tradicional y sostenible, trabajando la mejor materia prima que conseguimos campaña tras campaña. De esta manera, aseguramos mantener el equilibrio en el ecosistema marino, ayudando a nuestros mares a recuperarse hasta el próximo año cuando se inicien las nuevas campañas.

El arte para pescar el verdel o caballa y la anchoa es el cerco. Esta técnica se utiliza para pescar peces que forman densos bancos en la superficie marina. Cuando los peces se encuentran en la superficie, se cierra la bolsa por la parte inferior y se suben vivos a bordo. Una vez a bordo se colocan rápidamente en cajas y se conservan con una capa de hielo hasta su llegada a puerto donde serán subastadas.

En cuanto al bonito se pescan a caña uno a uno. Durante la primavera, el bonito se traslada de aguas profundas a aguas superficiales formando grandes bancos. La campaña del bonito se produce durante los meses de Julio a Octubre, y aunque existen varios tipos de forma de capturarlo, la pesca tradicional es la más respetuosa con el medio ambiente y también la más artesana. El bonito es pescado con caña uno a uno. En Nardín solo seleccionamos ejemplares que han sido capturados con este método.

Una vez que el patrón de pesca avista un banco de bonitos, la tripulación toma posiciones con sus cañas y activan un mecanismo de chorros de agua en todo el lateral del barco que impide al animal ver las cañas. Al mismo tiempo el “cebador” encargado lanza al mar cantidades de cebo, que consiste en anchoa o chicharrillos, para atraer al banco de bonitos. Posteriormente, se usa la caña y lanzan el sedal con anchoas enganchadas al anzuelo para que pique. Una vez enganchado el animal se tira de él con mucha fuerza y ayudados de un gancho se le mete a bordo. Con un golpe certero el bonito queda neutralizado y acto seguido se deposita en la nevera del barco con mucho hielo hasta que llega a tierra donde será subastado subastado.