Desde el inicio de Conservas Nardín, tuvimos claro que nuestro crecimiento iba a ser sostenido y limitado a lo que nos diera el mar Cantábrico, respetando la pesca sostenible y trabajando exclusivamente con barcos que utilizan este tipo de artes y con materia prima de máxima calidad, capturada exclusivamente en temporada de campaña. Esto ha sido así, hasta el punto en el que cuando cerraron el caladero del mar Cantábrico durante 5 años, no comercializamos Nardín. Durante ese periodo creamos y desarrollamos La Getariana, una segunda marca con pesca de otros mares, como el Mediterráneo.

En Nardín estamos comprometidos con la pesca sostenible y con el uso sostenible de los recursos que nos da el mar Cantábrico. Es por ello que solo trabajamos con barcos que disponen del Dolphin Safe y pesquerías certificadas MSC

De entre nuestros productos, la pesca del bonito se realiza únicamente en el mar Cantábrico y se pesca a caña uno a uno, mientras que la caballa y anchoa son capturados un entorno muy cercano, en el Golfo de Vizcaya, utilizando técnicas de pesca respetuosas con el ecosistema marino.

La cercanía de nuestras instalaciones, a escasos 6 km del puerto de Getaria del que nos abastecemos, nos permite una rápida manipulación, respetando en todo momento la materia prima para ensalzar su sabor y su textura a través de un proceso completamente tradicional.

El proceso de elaboración es 100% manual por lo que no contamina, contribuyendo así a la sostenibilidad de todo nuestro entorno. En la elaboración de nuestros productos, no utilizamos ningún elemento químico, ni conservantes, ni aditivos, de esta forma no producimos residuos, y además todos nuestros productos son aptos para personas con cualquier tipo de alergia, excepto obviamente el pescado, que es el único alérgeno que contienen.

Nuestra materia prima es la sal para la salazón, el agua para cocer el bonito y las maderas autóctonas para ahumar y todo el proceso es absolutamente respetuoso con el medio ambiente. Además, nuestros deshechos se compostan y sirven de fertilizante para abonar la tierra de nuestros caseríos. De esta manera fomentamos y apoyamos el uso de recursos limitados. 

Otro de nuestros compromisos viene relacionado con nuestros trabajadores. Siempre hemos apostado por la mano de obra local y cualificada, y estamos orgullosos de que actualmente el 90% de nuestra plantilla esté compuesta por trabajadores que llevan desde el inicio con nosotros.

Además, tradicionalmente el trabajo del salazón y bonito ha estado ligado a la mano de obra femenina. En el contexto de principios del siglo XX los hombres iban a la mar y sus esposas e hijas complementaban con una ayuda extra la economía familiar acudiendo a las fábricas conserveras en temporada para después dedicarse de nuevo a sus labores en el hogar.

En Conservas Nardín dimos hace 25 años un paso más y apostamos por dar al trabajo de las mujeres un carácter menos temporal y más continuado en el tiempo, formando parte del equipo Nardín. Para afianzar esa mano experta y conseguir un equilibrio en todos los sentidos. Nuestras fileteras, denominadas así dentro del sector, siempre han recibido una formación continuada y adecuada a los tiempos y necesidades del momento. El trabajo de una filetera es completamente manual. Sus únicas herramientas son sus manos y un cuchillo bien afilado para obtener de cada anchoa dos filetes bien limpios de impurezas y espinas.

Nuestros valores incluyen un compromiso con la vida saludable de nuestro entorno, tomando así parte de forma activa en distintos eventos deportivos esponsorizando equipos de triatlón y actividades populares de nuestro entorno donde nos hacemos visibles y aportamos también nuestras deliciosas conservas.