Si bien nuestra conservera está ubicada en Zumaia, nuestro corazón está dividido y gran parte corresponde al precioso pueblo de Getaria, pueblo con un puerto de gran importancia para la zona, y para nosotros especialmente ya que es nuestra lonja, el lugar del que obtenemos las capturas que las expertas manos de nuestras trabajadoras y trabajadores convierten en delicados y deliciosos manjares como son las anchoas en salazón o ahumadas, la caballa y el bonito del norte.

Históricamente, Getaria y otros pueblos pesqueros y con puertos fueron destino de grandes maestros conserveros italianos, llamados “salatori” que tras muchas idas y venidas, decidieron asentarse en nuestras costas para procurarse las mejores anchoas, considerado un manjar ya en aquellas épocas en Italia, no así en nuestras costas, pues principalmente la anchoa se usaba como cebo para capturas mayores. De esta manera, estos hombres, junto con personas de otros gremios como los salazoneros y los toneleros acabaron por propulsar el consumo y la elaboración de la anchoa tal y como hoy la conocemos, formando lo que luego serían las empresas conserveras que conocemos hoy en día. 

Gracias a ellos, como decimos, se empezó a valorar la anchoa del cantábrico, y comenzaron a especializarse en la captura de estas valiosa y hoy día valorada especie, hasta llegar a la flota pesquera dedicada a la anchoa que sale a faenar cada temporada, volviendo a nuestros puertos cargados de capturas que con tanto mimo obtienen.

Es tal la importancia de los pescadores para el pueblo de Getaria, y la de la anchoa, que históricamente se ha venido celebrando anualmente la festividades del Antxua eguna y el Arrantzale eguna, parte de los días que festejan la anchoa y a los pescadores, celebraciones en las que se busca promover la degustación de anchoa y productos locales y en los que se agradece y pretende impulsar el sector pesquero y a revalorizar la figura de las mujeres y hombres que trabajan en el mismo.

Si bien estas celebraciones han solido celebrarse por estas fechas,  a mediados de primavera, desgraciadamente las circunstancias hicieron que el año pasado no pudiera celebrarse, y este año ha ocurrido algo similar. Desde Conservas Nardín esperamos que el año que viene podamos recuperar tanto esta festividad que nos es tan preciada como el resto de actividades por y para el pueblo.

Queremos también agradecer desde Conservas Nardín la labor de todas las personas involucradas en las flotas de pesca y a los pescadores en general, pues sin ellos, sin su gran labor, dedicación y cariño, nuestras conservas no serían lo mismo, pues tan importante es el proceso de elaboración como la materia prima utilizada para ello, así que ¡Mila esker a nuestros arrantzales!

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