Como ya os contamos, el anisakis es un género de parásitos que afecta a todo tipo de peces y cefalópodos y que si se transmite al ser humano puede causar anisakiasis, una parasitosis que puede causar gran malestar y en algunos casos además de dolor abdominal, náuseas y vómitos puede incluso llegar a producir reacciones alérgicas que sean muy graves y duraderas en el tiempo.

Como decimos, la mala noticia es que estos parásitos pueden habitar casi cualquier pescado (alojándose normalmente en las vísceras o agallas de los mismos), la buena, que si el pescado se consume como es debido, no debería ser un problema, ya que mediante diferentes procesos (según cómo se vaya a consumir dicho pescado) es relativamente sencillo asegurarnos de que el anisakis es eliminado.

Antes de seguir con la explicación, queremos daros la seguridad de que en Conservas Nardín seguimos a rajatabla todos los procesos establecidos y necesarios para asegurar unas conservas 100% libres de anisakis, así que podéis estar tranquilos.

Tal y como hemos dicho, el anisakis se aloja en las vísceras y otras partes de los peces, pero ¿cómo llegan ahí? Los huevos de estos parásitos eclosionan en el mar y las larvas son devoradas por pequeños crustáceos y estos a su vez comidos por pescados y cefalópodos de manera que la parasitación se va trasladando. Una vez en el cuerpo de dichos animales las larvas llegan a una etapa adulta, se aparean y ponen huevos que el pescado saca con sus desechos al mar cerrando el ciclo.

Para asegurarnos de que un pescado está libre de anisakis, existen varias maneras de asegurarnos, estas pueden variar según el tratamiento que le vayamos a dar. Lo principal, eviscerar y limpiar correctamente el pescado, ya sea en la pescadería o nosotros mismos si obtenemos el pescado directamente. Si vamos a consumir el pescado cocinado, además de asegurarnos de que esté limpio, deberemos cocinarlo (utilizando la técnica que deseemos) al menos durante 3 o 4 minutos a un mínimo de 60º, ya que de esa manera nos aseguraremos de matar al anisakis si aún quedaba algún resto. Finalmente, si vamos a consumir dicho pescado en crudo, es imprescindible congelarlo al menos a una temperatura de -20º durante 5 días o más, ya que es la única otra manera de matar al parásito.

Todo esto a nivel particular, pero ¿qué ocurre con las conservas? Pues como os decíamos, en la industria conservera existen protocolos muy concretos para asegurar de que todo el pescado que utilizamos está libre de anisakis, además, parte de los procesos utilizados para la elaboración complementan dichos protocolos con tratamientos térmicos (por ejemplo de esterilización donde se alcanzan grandes temperaturas) y congelaciones (en el caso por ejemplo de nuestros boquerones y nuestros ahumados)  a nivel industrial, además de rigurosos procesos de análisis que se llevan a cabo para asegurarnos unos productos completamente seguros para el consumidor final.

Como véis, el anisakis, que suele ser un tema recurrente en los medios, es un problema real, pero que tratado adecuadamente puede evitarse de manera sencilla. Como regla general y resumiendo, si vamos a consumir pescado cocinado, que alcance una temperatura mínima de 60º durante varios minutos y si lo vamos a consumir crudo o poco hecho, imprescindible congelarlo previamente durante al menos 5 días.

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