Como probablemente ya sabréis, en Conservas Nardín solamente utilizamos las mejores anchoas para elaborar nuestras conservas, tanto por nuestro compromiso con la sostenibilidad como con la calidad de nuestros productos y la confianza de nuestros clientes. Por todo eso, solamente utilizamos anchoas del Cantábrico y pescadas en temporada. 

Estas anchoas son las Engraulis Encrasicolus, que habitan en el Cantábrico y son especialmente apreciadas en cocina por su intenso sabor y su textura fina. Destaca por el color rojizo de sus filetes.

Además de estas, nuestras anchoas, existen otras variedades a lo largo y ancho del planeta, por ejemplo encontramos la misma especie, la Engraulis Encrasicolus tanto en el Mediterráneo como en otros mares “interiores” como el mar Negro o el mar de Azov, así como en la fachada atlántica, desde Sudáfrica hasta el sur de Noruega. Esta variedad de la especie suele ser de talla algo menor y de un sabor menos intenso.

En las aguas cercanas al continente Americano encontramos otras dos variedades de anchoas, la primera de ellas Engraulis Anchoita, que se distribuye cerca de las aguas de Argentina, Uruguay y Brasil, consta de un cuerpo alargado y fino y si bien es similar a la anchoa del Cantábrico, tiene una espina muy dura y complicada de limpiar.

La otra especie que habita las aguas de América es la Engraulis Ringens, distribuida principalmente en las costas de Chile y Perú, con un cuerpo parecido al de las sardinas, más redondeado que el de las anchoas que conocemos, más corto y plagado de escamas. Esta anchoa es de aguas cálidas por lo que tras rebajar su temperatura se suele conservar en sal. Tiene un sabor intenso con toques metálicos.

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