Llevamos unas pocas semanas en invierno y sobre todo desde la pasada semana sus efectos se han dejado notar, a causa del temporal ‘Filomena’ con drásticas caídas de temperaturas, fuertes nevadas y con ello el riesgo de coger algún que otro resfriado. En este artículo os daremos algunos consejos para mejorar nuestra salud gracias a algunas vitaminas que nos serán de gran ayuda durante esta temporada.

Vitamina A

La vitamina A es una vitamina liposoluble que el cuerpo recibe a través de los alimentos y aunque generalmente se la relaciona con la salud ocular y la buena vista, también es un gran aliado de nuestro sistema inmunitario y aporta múltiples beneficios a órganos tan importantes como los pulmones, los riñones e incluso al corazón. Entre sus beneficios para nuestro organismo, cabe destacar su acción preventiva contra enfermedades infecciosas y del aparato respiratorio.

La vitamina A la podemos encontrar en múltiples alimentos como las verduras de hojas verdes, las zanahorias, lácteos y huevos y en pescados como el bonito del norte y las anchoas.

Vitamina C

La vitamina C es una vitamina muy necesaria en etapas de crecimiento y desarrollo y posteriormente realiza funciones de reparación de tejidos de todo tipo, desde piel, tendones y ligamentos, hasta cartílago, huesos y dientes, además ayuda en la absorción del hierro. Otra función que cumple esta vitamina es la de la antioxidación. El cuerpo no es capaz de generar vitamina C y al contrario que la vitamina A, la vitamina C es hidrosoluble, es decir, se disuelve en agua, por lo tanto el cuerpo consume la que necesita en cada momento y desecha la ue no puede procesar, por ello es importante ingerir alimentos que la contengan para mantener nuestro organismo con los niveles de vitamina C adecuados.

La vitamina C la encontramos principalmente en frutas como los cítricos, pero también la podemos encontrar en los arándanos, las verduras de hojas verdes y especialmente en los pimientos, que contienen más vitamina C incluso que las naranjas.

Vitamina D

En artículos anteriores ya hemos hablado de la vitamina D y de su importancia para nuestro organismo, y de cómo es bastante común tener una deficiencia de esta vitamina para la población en general, sobre todo en épocas invernales donde el sol no hace mucho acto de presencia, ya que el cuerpo la genera con ayuda del mismo. Esta vitamina liposoluble es especialmente beneficiosa ya que es necesaria para fortalecer nuestro sistema inmune y ayuda protegiéndonos de múltiples infecciones.

La vitamina D la encontramos principalmente en pescados como el bonito del norte, las anchoas o el salmón, y también en otros productos de origen animal como los huevos y los lácteos y también de vegetales y sobre todo de algunas variedades de setas.

Vitamina E

La vitamina E también es una vitamina liposoluble, y cumple funciones de antioxidante protegiendo el tejido corporal de daños causados por los llamados radicales libres. Cumple también funciones de refuerzo del sistema inmunitario, manteniéndolo fuerte en su lucha contra virus y bacterias. Es una vitamina clave en la producción de glóbulos rojos y ayuda a dilatar los vasos sanguíneos dificultando la posible formación de coágulos.

Es una vitamina que encontramos en el mundo vegetal, en alimentos como los aceites de oliva, aceitunas y frutos secos, en verduras de hoja verde y en los aguacates.

Ácido fólico

El ácido fólico forma parte de la familia de la vitamina B y es esencial para el crecimiento y formación de células, por eso es de gran importancia sobre todo en mujeres embarazadas. También trabaja junto a otras vitaminas como la conocida B12 y la vitamina C ayudando al organismo a generar proteínas necesarias, y es protagonista en la formación de glóbulos rojos, ayudando de esa manera a prevenir anemias. Se trata de una vitamina hidrosoluble, así que la ingesta de alimentos ricos en ácido fólico debe ser continuada, sobre todo si padecemos un déficit de la misma.

Entre los alimentos que contienen ácido fólico encontramos principalmente vegetales de hojas verdes, especialmente las espinacas, frutas, guisantes y algunos frutos secos como los cacahuetes.

Esperamos que esta pequeña guía sobre vitaminas esenciales, sobre todo en época invernal, os sirvan como base para mejorar vuestra salud y así poder combatir mejor este invierno.

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