Como solemos comentar, una alimentación saludable ofrece muchísimos beneficios. Desde una buena salud a ayudar a prevenir algunas enfermedades asociadas a la alimentación, cuidar de nuestro corazón, a mantenernos en una mejor forma y obviamente a mantener un peso adecuado.

Tanto si ya lleváis una alimentación saludable como si lo estáis intentando, hoy os lo queremos poner un poco más fácil con algunos consejos que os ayudarán a sustituir algunas prácticas no del todo recomendables por acciones más adecuadas o “saludables”.

Desayuno más saludable

Si como desayuno optáis por cereales, aún cuando no toméis cereales azucarados y escojáis los que parecen más saludables, sea porque los anuncian como tal, o sean integrales o tipo muesli, la verdad es que en muchos casos aún ese tipo de cereales suelen contener una cantidad de azúcar muy elevada.

Una alternativa mucho más saludable, aunque al comienzo el cambio pueda hacerse algo duro es recurrir a la avena, por ejemplo en copos y mezclado con trozos de fruta y leche o mezclado con yogurt natural.

Cacao puro en vez de chocolate en polvo

Si vuestros desayunos consisten en un vaso de chocolate en polvo de las conocidas marcas comerciales, debéis saber que en dichos tipos de productos la cantidad de azúcar es elevadísima, en algunos casos más de la mitad del producto es azúcar. 

Como alternativa, el cacao puro desgrasado que se puede comprar hoy en día en muchas tiendas y grandes superficies es la mejor opción si os gusta ese toque de chocolate para comenzar el día. Si bien al principio os resultará más amargo, siempre podéis comenzar añadiendo un poquito de azúcar, siempre con mesura e ir reduciéndolo hasta habituarse.

Pastas y cereales integrales

Si cambiamos la pasta, cereales o el arroz que tomamos por alguna de sus versiones integrales, no solo tomaremos menos calorías si no que además obtendremos la principal característica de estas variedades, que no es otra que la mayor cantidad de fibra. Esto favorecerá nuestra salud gastrointestinal, nos ayudará a comer menos ya que nos saciará más y nos ayudará a controlar mejor los niveles de colesterol.

Cocinar sin usar nata

Hay algunas elaboraciones, sobre todo cremas y salsas cuya base tradicionalmente es la nata, pero aún la nata para cocinar suele tener una cantidad de grasas algo elevadas. En esos casos lo mejor es optar por un sustituto más saludable, y si bien existe la leche evaporada que en textura la sustituye, podemos hacerlas más sanas aún si utilizamos en su lugar queso fresco o yogurt natural.

Sustitutos de la sal

La sal es un ingrediente del que se suele abusar con facilidad, ya que realza el sabor de nuestros platos y le da un toque especial, pero precisamente dicho uso puede traer consecuencias para nuestra salud. Como alternativa, podemos optar por otras especias que ayudarán a realzar sabores o a darle otros toques que complementarán nuestros platos, por ejemplo la pimienta, el ajo en polvo, perejil, albahaca o pimentón entre otros.

Menos fritos

Recurrir a fritos, sean caseros o precocinados es uno de los hábitos más extendidos, ya que con relativamente poca elaboración podemos tener una comida o cena que obviamente estará muy rica, pero que no será para nada saludable. Como alternativa, simplemente con cambiar la manera de cocinar ya obtendremos una mejoría, sin entrar a valorar la calidad de los productos utilizados, claro. Si sustituimos la sartén con todo el aceite necesario por el horno o una de las tan de moda “freidoras sin aceite” conseguiremos un resultado similar (obviamente no será igual que freír) pero de una manera más sana y si le cogemos el truco, igual de sabrosa.

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