Como decimos, el calcio es de vital importancia para el organismo, pues está presente en grandes cantidades en el cuerpo, principalmente en huesos y dientes, pero también en tejidos y fluidos del cuerpo. Un nivel adecuado de calcio en el organismo será necesario para una buena salud durante el desarrollo y juventud, y no desarrollar enfermedades relacionadas durante la madurez o la vejez.

El calcio, además de ayudar en el desarrollo y mantenimiento de huesos y dientes fuertes, participa en la coagulación de la sangre, correcto funcionamiento del sistema nervioso, función muscular y secreción de hormonas entre otros.

Pasando a la parte de la nutrición, normalmente cuando pensamos en calcio, nos vienen a la mente una serie de alimentos que instantáneamente relacionamos con este mineral, como la leche, quesos o yogures, pero hay más alimentos que nos proporcionarán calcio al comerlos como algunas legumbres: garbanzos, lentejas, judías o alubias; frutos secos: almendras, pistachos, y nueces entre otros; pescados y mariscos como: sardinas, cigalas, gambas y langostinos o bacalao entre otros.

Si bien la cantidad de calcio que aporten puede no ser tan elevada como la de los lácteos, consumir diferentes tipos de alimentos que lo contienen puede contribuir a una dieta más equilibrada y variada. Y en el caso de seguir una alimentación que no incluya productos de origen animal, son una opción indispensable. En estos casos, es especialmente interesante incluir la soja en la dieta, ya que es una gran fuente de calcio, y los productos elaborados a partir de ella son variados y muy versátiles.

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