Si bien hay unas cuantas frutas protagonistas del verano, podríamos decir que la reina es la sandía, además de estar deliciosa y aportar una gran cantidad de líquido, además tiene algunas propiedades de las que hablaremos más abajo que la hacen un alimento ideal.

La sandía es una fruta de la familia de las cucurbitáceas, se trata de una planta trepadora o rastrera que si bien hoy en día se cultiva a lo largo y ancho de todo el mundo, tiene su origen en áfrica. Se sabe que hace miles de años los egipcios ya cultivaban sandías en el valle del río Nilo, de allí se extendió hacia territorios de Oriente medio,  Europa y Asia y finalmente, América.

Como decimos, es un fruto de la familia de los melones, calabazas y pepinos, pero esta se suele recolectar comenzando el verano, siendo históricamente su mejor punto de recogida entre junio y julio. Ahora que sabemos un poco más de la sandía, os contamos algunas de las múltiples propiedades y beneficios que presenta para nuestro organismo.

Depuración del organismo

La sandía es un alimento con un gran poder alcalinizante, y por ello su consumo puede ayudar a mantener el pH de nuestro cuerpo en sus niveles ideales de alcalinidad. Además su contenido en fibra favorece los procesos digestivos.

Efectos diuréticos

La sandía es de las frutas con mayor cantidad de agua que existen, cerca del 95% de su peso es agua. Esto hace que la sandía sea la fruta con más importantes propiedades diuréticas y además nos mantendrá muy hidratados en verano. Al contener tanta agua su consumo está especialmente recomendado para personas que tengan algún tipo de déficit en los riñones.

Protección del sistema neurológico

Además de la ya mencionada hidratación por su gran cantidad de agua, la sandía contiene proporcionalmente una buena cantidad de dos agentes que son necesarios para la transmisión y generación de impulsos del sistema nervioso y la actividad muscular como son el potasio y el magnesio.

Buena para el crecimiento

Normalmente es una fruta que gusta mucho por su frescor y particular sabor, y suele gustar mucho a los niños, para quienes es especialmente interesante que la consuman, pues cuenta con la ya mencionada gran cantidad de agua, que les ayudará a estar hidratados, y además es una gran fuente de calcio, fósforo y vitaminas del grupo A y C así como B1, B2 y B6 entre otras. Todos ellos nutrientes indispensables para un correcto crecimiento.

Ayudante de la salud cardíaca

La sandía contiene además una sustancia conocida como L-citrulina que se transforma en un aminoácido esencial llamado arginina y que ayuda a proteger nuestro sistema cardíaco y el aparato circulatorio. Además contiene licopeno que ayuda a reducir los niveles de colesterol en sangre.

Combatiendo infecciones

Como mencionamos en el punto anterior, la sandía contiene licopeno, que además de otorgarle su coloración es un potente carotenoide soluble, de manera que nuestro organismo lo adquiere aprovechando así su acción antioxidante que ayuda a combatir diferentes tipos de afecciones.

Protección de las células

Como hemos mencionado, la sandía es una gran fuente de betacarotenos y como ya os mencionamos en algún artículo anterior donde hablamos sobre ellos, estas sustancias actúan a modo de antioxidantes y por lo tanto ayudan a proteger las células y retrasar su degeneración.

Esperamos que esta información os haya resultado interesante, y si os han entrado ganas de comer una buena rodaja de sandía, aprovechad, estos días de tanto calor, pues os refrescará e hidratará a partes iguales.

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