Como ya os comentábamos en anteriores artículos de esta serie sobre los mitos relacionados con la nutrición y la salud, hoy el protagonista será el verano y los mitos que más suelen aparecer cuando aparece el calor y el sol tan propios de la estación.

Cortes de digestińo al bañarnos

Esto lo habremos escuchado mucho proveniente de madres, padres, abuelos y abuelas, no bañarse después de comer o se nos cortará la digestión. Para ver si es cierto, vamos a resumir rápidamente el proceso de la digestión. 

La digestión no es un proceso que se realice rápidamente, comienza en la boca y finaliza en el intestino donde los alimentos que hemos ingerido se descomponen. La mayor parte del proceso, se lleva a cabo en el estómago donde los alimentos ingeridos se reducen y de ellos se obtienen los nutrientes que pasan al organismo. Este proceso necesita de gran riego sanguíneo en la zona.

Con respecto al mito, os preguntaréis, y ¿qué tiene que ver este proceso con un posible corte de digestión? Pues no mucho, si bien es cierto que los cambios de temperatura bruscos sí que pueden causar  un corte de digestión, esto no tiene por qué ser debido a bañarnos, ni hay que esperar un tiempo concreto después de comer, ya que en base a lo que hayamos comido la digestión puede ser más o menos larga.

Volviendo al mito en sí, si queremos bañarnos después de comer no hay problema, pero sí que deberemos introducirnos en el agua poco a poco para adaptarnos al posible cambio de temperatura y sin esfuerzos excesivos.

Echar la siesta engorda

Aunque menos escuchado que el mito anterior, este también está bastante extendido. De base es algo que no tiene ningún sentido, y vamos a explicar por qué. Aunque estemos activos, descansemos o incluso durmamos, nuestro organismo va a seguir funcionando de la misma manera y el no estar activos no va a hacer que el cuerpo almacene la comida en forma de grasas.

Para que nuestro cuerpo almacene grasa y “engordemos” lo que debe ocurrir es que introduzcamos en el cuerpo más kilocalorías de las que quememos, y el hecho de dormir tras una comida no va a tener un efecto nocivo en el proceso. De hecho, es habitual que nos entre esa modorra tras una comida especialmente si ha sido copiosa, y en ocasiones puede que un pequeño periodo de descanso nos sea beneficioso ya que tomaremos energías para lo que reste de día.

Los helados ayudan a hacer la digestión

Otro mito, o más bien costumbre que está bastante extendida es la de que tras una comida, especialmente si ha sido abundante, un helado ayuda a “bajar la comida”. Una vez más esto no tiene ninguna base real detrás, de hecho, la mayoría de helados contienen un gran aporte calórico, que implica un aporte de grasas y azúcares que realmente harán que nuestro estómago se sienta más pesado.

Con esto no decimos que a modo de capricho no se pueda comer un helado de vez en cuando, pero siempre siendo conscientes de que sea ocasional y de que no va a ayudar de ninguna manera a una mejor digestión.

Los zumos pueden sustituir a la fruta

En ocasiones no nos apetece tomar piezas de fruta completas, tanto a adultos como especialmente a niños, y como alternativa optamos por zumos de dichas frutas pensando que de esa manera estaremos haciendo lo mismo que si comemos las frutas como tal. Pero esto no es así, si bien dichos zumos aportarán múltiples nutrientes, minerales y vitaminas, se quedan sin el gran aporte de la fruta consumida completa, que es la fibra.

Al no disponer de la fibra que la fruta aporta, las calorías y azúcares del zumo se absorben de manera diferente, ya que no está la fibra que regula la absorción de los mismos. Además, si tomando una pieza de fruta entera, pongamos por ejemplo, una naranja, al comer una nos saciaríamos y obtendríamos los nutrientes de esa pieza, normalmente en un zumo estaríamos tomando el equivalente al zumo de varias naranjas, así que nos quedaríamos solo con la parte no tan interesante de la fruta.

Todo esto sin tener en cuenta que dichos zumos no sean encima industriales y azucarados, en cuyo caso obtendríamos más mal que bien. Como recomendación, si vamos a tomar zumos, que sean naturales,sin azúcares añadidos y a poder ser sin colarlos para al menos obtener parte de la pulpa de las frutas.

Beber agua hace que engordemos por retención de líquidos

Este mito quizá no esté tan extendido, pero aún hay gente que tiene esa creencia y les lleva a no beber suficiente líquido, y en ocasiones puede incluso llevar a generar el problema que creen estar evitando. Siempre que no sean bebidas azucaradas como refrescos o alcohol, casos en los que sí se engordará por el aporte calórico de dichas bebidas, pero tampoco por acumulación de líquidos.

En el caso del agua, es normal beber más en verano, ya que el calor hace que tengamos más sed, sudemos más y necesitemos hidratarnos con más frecuencia, pero como ya hemos comentado alguna vez, beber agua solo aporta beneficios, de hecho, es algo recomendado para personas que tienden a retener líquidos, ya que beber agua ayudará a reducir dicha retención.

Compartir este post

Comentarios (0)

En este momento no hay comentarios