Las naranjas popularmente se relacionan con la vitamina C y se tienen como máximo representante de la misma, y si bien no es el alimento que más vitamina C contiene, si que es uno de los alimentos comunes que aportan una mayor cantidad. Como frutas del género citrus, existen cerca de 20 variedades diferentes y en España destacan especialmente con orígenes como Valencia, Murcia y Andalucía. 

Las diferentes variedades destacan por pequeñas particularidades y sabores y usos ligeramente diferente, las hay más dulces, más ácidas, con más o menos zumo etc, y por la manera de consumirlas, conocemos especialmente las naranjas de zumo y las de mesa.

Como decimos, si bien son conocidas por ser una importante fuente de vitamina C, también contienen más nutrientes como los flavonoides, minerales como magnesio y potasio y el muy necesario ácido fólico. Además contienen también vitamina A y una gran cantidad de fibra.

La vitamina C que aportan las naranjas tiene el efecto antioxidante que ayuda a combatir daños en el organismo causados por los llamados radicales libres y además no solo ayuda sino que es necesaria para participar en el crecimiento y la regeneración de tejidos. Además ayuda en procesos de cicatrización y en la absorción del hierro. Como resumen, podríamos decir que es una gran aliada de nuestro sistema inmune.

La vitamina A que también está presente en estas frutas, al ayudar a la formación y mantenimiento de tejidos, tanto blandos como óseos, es importante de cara a los huesos, dientes y los ojos, siendo considerada muy beneficiosa para la vista.

Las naranjas contienen como hemos dicho una gran cantidad de fibra, tanto soluble como insoluble. Como ya os comentamos anteriormente, tanto la fibra insoluble como la soluble son grandes aliadas en procesos digestivos. En las naranjas, esa fibra se encuentra tanto en la pulpa como especialmente en las partes blancas que unen el cuerpo de la naranja y la piel.

Como hemos comentado, comer naranjas puede resultarnos muy beneficioso para el organismo ya que ayuda a potenciar nuestro sistema inmunitario, y sueles ser un recurso al que acudimos en procesos catarrales, haciéndonos zumos exprimiendo varias naranjas para concentrar su zumo y bebernoslo, pero no es la mejor manera de tomar esta pieza de fruta, ya que si lo hacemos de esa manera, estaremos tomando solo parte de la misma, descartando gran parte de la fibra que debería acompañarla.

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