Propiedades y beneficios de la quinoa
- Nardín saludable
- 750 visitas
- 0 comentarios
La quinoa, con nombre científico “Chenopodium quinoa”, de origen andino, se cultiva desde hace siglos y se ha ido extendiendo su cultivo y uso. Se trata de una semilla, pero se reconoce y clasifica como un grano integral que aporta grandes beneficios, pues provee todos los aminoácidos esenciales, viendo equiparar su calidad proteica a la de la leche y supera en valor biológico y calidad nutricional a otros cereales que hemos usado tradicionalmente como el trigo, el maíz, el arroz y la avena.
Como decimos, si comparamos la quinoa con la mayoría de los cereales de consumo más habitual, la quinoa contiene más proteínas y grasas, pero no os dejéis engañar, dichas grasas son ácidos grasos omega 3 y omega 6 de los cuales ya os hemos hablado con anterioridad. Como contiene una cantidad algo mayor de hidratos, su aporte calórico si que es algo mayor. Si la semana pasada os hablábamos de fibra, aunque en otro términos pues hablábamos sobre el pan, la quinoa destaca por su gran aporte de fibra, contiene unos 15 gramos de fibra por cada 100 gramos.
Pasando al apartado de los micronutrientes, la quinoa contiene potasio, fósforo, calcio, magnesio y hierro entre otros minerales y proporciona vitaminas de los grupos B y E que funcionan como antioxidantes para el organismo.
La quinoa es muy versátil, y al poder tomarse como otros cereales, es fácil consumirla de diferentes maneras, además casi ninguna de sus variedades contiene gluten por lo que es ideal para las dietas de personas con celiaquía. Además, gracias a su bajo índice glucémico, es también un alimento ideal para personas con diabetes o en proceso de adelgazamiento.
La quinoa es además una gran fuente de proteínas así que es de gran utilidad para personas vegetarianas o veganas como aporte de proteína de calidad, pero como decimos no solo es un alimento para dietas concretas, ya que por ejemplo resulta muy útil también para deportistas, muy similar a la avena.
Para utilizar la quinoa, es importante lavar bien las semillas pasándolas por agua y frotandolas con las manos suavemente, pero con cuidado ya que son granos pequeños y se nos pueden escapar con facilidad, lo ideal es utilizar un tamiz o un colador de malla fina por ejemplo. Posteriormente se puede hervir como si fuera arroz o utilizarla para otro tipo de elaboraciones. Aquí os dejamos una idea que os propusimos hace tiempo, esperamos que os guste.