A día de hoy, el término Slow Food está bastante extendido, pero quizá es algo de lo que hemos oído hablar pero no sabemos bien qué es exactamente. Si quieres saber más acerca de este movimiento que va más allá de una alimentación sana y equilibrada, sigue leyendo.

A mediados de los años 80 surge en Italia un movimiento que nace para enfrentarse al entonces en auge Fast Food, creado por un grupo de activistas, encabezados por Carlo Petrini con el objetivo inicial de defender las tradiciones regionales, la buena alimentación, el placer por la gastronomía y un ritmo de vida lento. Con el paso del tiempo el movimiento Slow Food ha ido evolucionando para adaptarse a la alimentación a nivel global, pero sin perder las relaciones existentes entre nuestros alimentos, las personas, la política y la cultura.

Los motivos por los que se originó el movimiento, se ven hoy en día más que justificados, pues nuestras vidas cotidianas tienden a la prisa, a hacer las cosas deprisa y corriendo, en definitiva al frenesí y al sobreconsumo. Es por ello que el fenómeno Slow Food va ganando adeptos, ya que sus principios convencen cada vez a más gente ya que no solamente se basa en una alimentación más calmada y sana, sino que aboga por mejorar también todos los procesos previos.

Como decimos, el Slow Food, más que un movimiento es casi una filosofía de vida, y busca promover iniciativas como:

Consumo de productos locales

Disfrutar de lo local y del km 0, en cada lugar consumir lo que nos ofrece dicho lugar. El Slow Food promueve una alimentación local y de cercanía, minimizando así la huella de carbono que deja cada alimento al ser transportado.

Consumo de productos de temporada

Estrechamente relacionado con el consumo local, el movimiento apuesta por una alimentación de temporada. estamos acostumbrados a tener de todo durante todo el año, pero no es lo natural, prácticamente se ha perdido la noción de qué frutas o verduras corresponden a cada época del año. Lo mismo ocurre con la pesca, es por ello que Nardín apuesta por producir solamente con pescados de temporada.

Consumo de productos frescos

El movimiento Slow Food se muestra en contra de los productos ultraprocesados. Matizando esto, hay que decir que no todos los procesados son malos, hay algunos que son necesarios para su elaboración o transformación en alimentos, por ejemplo el aceite de oliva, la salazón en  las anchoas o los ahumados naturales que utilizamos en Conservas Nardín.

Consumo sostenible

Al consumir productos locales, frescos y de temporada, se respeta el ritmo del entorno ayudando a la sostenibilidad. Este es uno de los motivos por los que en Nardín solamente adquirimos las cantidades que podemos procesar en el mismo día, garantizando así por un lado la mayor calidad y por otro que no se desperdicia ningún alimento.

Ahora que sabes en qué consiste, y para ponerlo un poco más fácil, desde aquí enlazamos algunas recetas que te permitirán bajar el ritmo y ser parte poco a poco del movimiento Slow Food.

Bonito del norte con crudités de verduras y pistachos

Ensalada de ventresca de bonito del norte, aguacate y anchoas del cantábrico

Tartar de salmón, aguacate y boquerones

Ensalada de quinoa con anchoas

Compartir este post

Comentarios (0)

En este momento no hay comentarios